viernes, 13 de octubre de 2017

¿DIOS NO PODRA SOBREVIVIR A LA CIENCIA? Estoy de acuerdo con Brown.

En la presentación de su nuevo libro, Origen, el polémico novelista Dan Brown oprimió nuevamente uno de los botones del marketing: tocar a la opinión pública en un tema controversial como la existencia de Dios versus ciencia. Y no me quiero quedar al margen. Soy creyente y estoy de acuerdo con él. Aquí les digo por qué.

Según este artículo, el famoso escritor primero lanzó "históricamente, ningún Dios ha sobrevivido a la ciencia; los dioses evolucionan". Lo que evoluciona es nuestra idea de Dios, la imagen que nos componemos de él los creyentes, tanto en la historicidad del género humano como en la del individuo. Por tanto es cierto que los dioses evolucionan. Desde Jesús Dios es Padre. Históricamente hubo una disrupción en nuestra religión.
Si los romanos mataron a Dios, ¿cómo no admitir que la ciencia va a matar a Dios? El muere y vuelve a vivir entre nosotros. Cuando la ciencia pretende explicarlo todo acabando las preguntas, allí mata a Dios. 
Luego el escritor dice que "durante la próxima década, nuestra especie se encontrará enormemente conectada (...) y vamos a comenzar a encontrar nuestras experiencias espirituales a través de nuestras interconexiones", estimó.
"Nuestra necesidad de un Dios exterior, sentado en lo alto y que nos juzga (...) disminuirá y al final de cuentas desaparecerá", a su parecer.
Lo interesante de Brown no es que  Dios no exista, sino que "no tendremos necesidad de él". 
En cuanto a la interconexión y la experiencia espiritual que nos dará la misma, no hace más que resaltar (por contraposición) el necesario silencio para encontrarnos a nosotros mismos y a Dios en una experiencia espiritual humana, digna.
En segundo lugar se refiere a una idea de Dios ("exterior, sentado en lo alto y que nos juzga"), pero no al Dios 'que es'. Estoy totalmente de acuerdo con Brown, el matiz puede estar en "no sentiremos necesidad" en vez de "no tendremos necesidad". Puedo no sentir sed y estar deshidratado. Puedo no sentir necesidad de Dios y necesitarle. 
En definitiva, lo que Brown nos está anticipando es que los avances tecnológicos adormecerán nuestro sentido religioso. No necesitamos explicarnos el mundo porque la ciencia parece hacerlo y sino nos da la sensación que es cuestión de tiempo.
También la interconexión permanente nos hará imposible la experiencia religiosa, por lo que iremos prescindiendo de ella. Como decía antes, es el silencio el que la posibilita de manera sustentable, sin el, son acumulaciones de experiencias sin valor. 
Y como dice más adelante, "la Iglesia tiene que evolucionar o desaparecerá", porque deberá "despertar" el sentido religioso que otrora era espontáneo.
Tres advertencias dignas de tener en cuenta.

viernes, 18 de agosto de 2017

¿Están seguros que todo trabajo con sentido o propósito permite la realización de la persona?



¿Están seguros que todo trabajo con sentido o propósito permite la realización de la persona?

Estoy en desacuerdo con que conocer el propósito de un trabajo digno (que no viole los derechos) le da sentido y lo hace humanizante.

Habrán escuchado aquello de que una cuadrilla estaba haciendo pozos y, por no saber el sentido, se estaban frustrando, hasta que alguien les reveló que lo que estaban buscando era un caño para su arreglo y entonces el equipo recuperó la moral.

Recientemente un artículo de Hardvard Business Review titulado “Cómo evitar que un trabajo sin vocación se convierta en una condena”, planteaba que para que ello no ocurra, hay que tener en vista a quienes se sirve con él, como propósito. “Las personas que ven su trabajo como una forma de ayudar y facilitar a otras personas consideran sus empleos más significativos y relevantes” expresa su autora, Emily Esfahani Smith, y  agrega más adelante: “otra estrategia es recordar constantemente la meta general de la organización. Hay una gran historia acerca de un conserje con el que John F. Kennedy se topó en la NASA en 1962. Cuando el presidente le preguntó lo que estaba haciendo, el hombre dijo: "Ayudo a llevar un hombre a la luna."”

En términos populares digo yo “¡no seas mala, mirá el ejemplo que me ponés!”. En términos políticamente correctos para este medio digo yo que es un caso excepcional y como tal no puede ejemplificar lo que se propone por regla.

Entiendo que cuando un trabajo no brinda el desarrollo mínimo a las potencialidades de la persona, esta seguramente no le verá otro sentido que el ganarse el sustento de la vida y por tanto, más que realizarse a través del mismo, se frustrará con el solo alivo (no menor, pero solo reducción de daños personales) de mantenerse ella y ayuadar a sustentar su familia si es posible.

El trabajo de portería (que se la expera puso como ejemplo), no es indigno (no viola los derechos) por tanto cumple con requisitos mínimos pero…. ¿puede realizarse en él una persona?
Para que un trabajo no se convierta en condena, en yugo no basta con un propósito. Porque todo trabajo tiene un propósito social en una organización. Es necesario que permita desarrollar las potencialidades de la persona. Por ello, los trabajo mecánicos, que cada vez más son sustituídos por máquinas, no son los de mayor realización y se experimentan como yugo, concepto originario de la palabra trabajo.

Es cierto que no es lo mismo ser portero en la NASA, en un hospital, en una esucela o en un edificio residencial. La siginificación de la función es diferente porque es distinto el propósito de organización en la que se inscribe. Pero esto no le otorga, al trabajo en sí, mayores posibilidades de brinar a las personas que lo realizan su realización personal. Por el contrario, podría suceder que el portero del edificio residencial tenga más tiempos libres para leer o estudiar, lo que le permitirá, seguramente, sentirse más pleno que los otros casos.

Lo que hace la diferencia para que los trabajos no sen vividos como una condena son las posibiliidades de desarrollo de las potencialidades específicamente humanas. Dicho desarrollo es una vocación natural, más allá de la vocación profesional, general de todo ser humano. Me estoy refiriendo a la razón, el amor, la creatividad, las expresiones artísticas y lúdicas, etc. Las virtudes aristotélicas para desarrollar el telos.
La creatividad humana es tal que busca en cualquier ocasión precisamente desarrollar esta vocación, aún en el más absurdo de los trabajos.
En síntesis no es suficiente el propósito para que un trabajo no sea una condena, sino las posiblidades de desarrollo humano que brinde. Ya sabemos que estamos buscando un caño… ¿nos libera esto para seguir cabando pozos?